El gigante del comercio electrónico organiza un tour por su centro logístico de Madrid, al que ha tenido acceso EXPANSIÓN, para acercar a los mayores el trabajo que cada día realizan allí sus hijos y nietos.
Eva Klebe es alemana y tiene 73 años. En los últimos días ha recorrido los más de 2.100 kilómetros que separan Madrid de Hamburgo para descubrir en que trabaja su nieta Ivonne. Lo mismo sucede con una pareja de ancianos -prefieren no revelar sus nombres- que han dejado por unos días su pueblo del sur de Portugal para entender en qué consiste eso del ecommerce. Todos ellos forman parte del grupo de 23 mayores que el pasado viernes visitaron el centro logístico de Amazon en San Fernando de Henares (Madrid), al que tuvo acceso EXPANSIÓN, con motivo de la celebración del primer Abuelos Day.
Una iniciativa en la que se invitaba a los empleados del gigante del comercio electrónico a llevar a sus abuelos para pasar un día en las instalaciones de la compañía y comprobar in situ el trabajo que cada día realizan allí sus nietos. "Cuando se unen a nuestro equipo muchos de nuestros empleados nos comentan que les gustaría enseñar a sus padres y abuelos a lo que se dedican, pues a menudo les es difícil explicar a sus familias cuáles son sus tareas diarias en una compañía tecnológica como la nuestra", explicó Teresa Coelho, directora de RRHH de Amazon Spain.
BRECHA DIGITAL
Y es que como ocurre en el caso de Ivonne, responsable de Gestión de Cuentas y Desarrollo de Negocio de Moda de Amazon, no siempre es sencillo explicar a aquellos que no están acostumbrados a navegar en la Red cómo el trabajo que realizan en la empresa de Jeff Bezos está transformando los hábitos de compra de millones de familias. "En las cenas de Navidad nunca queda muy claro qué es exactamente lo que hago yo aquí", aseguró.
Un 74,6% de los españoles mayores de 65 años nunca han utilizado Internet y, de los que lo han hecho, sólo un 39,2% lo ha usado para comprar, según los últimos datos del Barómetro de Mayores elaborado por UDP. Unas cifras que ponen de relieve la distancia que separa a los jóvenes de sus mayores en el uso de las nuevas tecnologías, lo que se conoce como brecha digital, pero que como toda estadística tiene sus excepciones. Una de ellas es Valentín Gali, de 88 años y cliente de Amazon, que durante la visita explicó como gracias a la plataforma de ecommerce pudo encontrar una batería para una de sus cámaras de fotos, muy antigua, que creía ya descatalogada.
El centro logístico de Amazon cuenta con una superficie de 32.000 metros cuadrados, el equivalente a 16 campos de fútbol -que se ampliarán a 75.000 cuando finalicen las obras en el primer semestre de este año-, y en sus estanterías, repartidas en tres niveles, se almacenan cerca de 8 millones de productos. Se trata del mayor centro comercial online de España y en fechas como el pasado Black Friday, el día que más vendió la compañía desde su desembarco en el país hace cuatro años, se procesaron una media de 352 pedidos por minuto.
Un entramado de palés, puestos de trabajo, estantes y cintas transportadoras difícil de describir si no se tiene la oportunidad de recorrerlo y que impresionó a los miembros más longevos de la familia de Amazon. "No es fácil explicárselo si no lo ven. Con mi abuelo no hubo la más mínima duda, le sugerí la posibilidad de venir y le encantó", indicó Kennet Malmcrona, gerente del Equipo de Ventas de Amazon.
Desde el Gemba Walk, el punto en el que cada día el responsable del centro y su equipo comienzan el recorrido para inspeccionar las distintas secciones de la planta, hasta la última milla, donde se realiza el último control de calidad y se reparten los paquetes entre los transportistas, el equipo de Amazon explicó a los longevos visitantes todo lo que ocurre detrás del clic. "Es interesantísimo, no me imaginaba la magnitud de las instalaciones. Es algo impresionante", destacó Juan Coloma, de 69 años.
Aspectos como la organización de los productos, que no están ordenados por categorías como en otros centros logísticos, sino que se realizan de forma aleatoria para reducir los desplazamientos de los empleados por las instalaciones, o la tecnología aplicada a los patrones de compra, que estudia el comportamiento de los usuarios y desarrolla un algoritmo para recomendar artículos a los clientes. Todo con el objetivo de conseguir la mejor experiencia de compra posible y en el menor tiempo.
JAVIER G. FERNÁNDEZ
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